Si alguna vez vais de turismo a Andorra, os recomiendo visitar (entre otras muchas posibilidades que ofrece el país) la Farga Rossell, en la parroquia de la Massana. Durante la visita, se puede conocer la historia de las antiguas fraguas (anteriores a la aparición de los Altos Hornos), concluyendo con una demostración real de como se trabajaba el hierro.
La masa incandescente de mineral era sacada del horno, cortada en porciones más manejables, y golpeada de forma rítmica por el martillo pilón, hasta conseguir los lingotes deseados. Cortar y golpear. Esa es la manera de dar forma y, lo que es más importante, expulsar las impurezas, para lograr un lingote de hierro lo más puro posible.
En Euskadi el proceso ha sido a la inversa. Durante 40 años el martillo pilón ha ido golpeando, para expulsar las "impurezas". Unos (muchos) han sido asesinados, otros han marchado y los mas han (hemos) callado. Hasta crear la ilusión de un cuerpo social quimicamente puro. Afortunadamente, el martillo pilón cada dia golpea con menos fuerza, y Euskadi continua siendo, cada vez más, una sociedad plural. En lo que a la independencia se refiere, hay muchas posturas. Nacionalistas, federalistas, españolistas, independentistas. Incluso dentro de los propios partidos políticos, las posturas no son claras (en otro post comentaremos que pasa en el PNV). Así pues, el panorama dista de estar claro.
Y en esas, que ahora nos quieren cortar en dos. Si el referendum se lleva a cabo, se estará obligando a toda la sociedad vasca a posicionarse en una de las dos respuestas, sí o no. Los matices, las opiniones, los puntos de encuentro; todo se pierde ante el blanco o negro de un referendum. Se crearan dos bandos, a favor y en contra; dos bloques con similar peso específico, votos y soporte popular. En un lingote quedan, campaña de comunicación mediante, las impurezas; y en el otro, por oposición, el hierro, puro y noble. Aunque esta vez, la producción del lingote nos puede costar fracturar una sociedad.
La masa incandescente de mineral era sacada del horno, cortada en porciones más manejables, y golpeada de forma rítmica por el martillo pilón, hasta conseguir los lingotes deseados. Cortar y golpear. Esa es la manera de dar forma y, lo que es más importante, expulsar las impurezas, para lograr un lingote de hierro lo más puro posible.
En Euskadi el proceso ha sido a la inversa. Durante 40 años el martillo pilón ha ido golpeando, para expulsar las "impurezas". Unos (muchos) han sido asesinados, otros han marchado y los mas han (hemos) callado. Hasta crear la ilusión de un cuerpo social quimicamente puro. Afortunadamente, el martillo pilón cada dia golpea con menos fuerza, y Euskadi continua siendo, cada vez más, una sociedad plural. En lo que a la independencia se refiere, hay muchas posturas. Nacionalistas, federalistas, españolistas, independentistas. Incluso dentro de los propios partidos políticos, las posturas no son claras (en otro post comentaremos que pasa en el PNV). Así pues, el panorama dista de estar claro.
Y en esas, que ahora nos quieren cortar en dos. Si el referendum se lleva a cabo, se estará obligando a toda la sociedad vasca a posicionarse en una de las dos respuestas, sí o no. Los matices, las opiniones, los puntos de encuentro; todo se pierde ante el blanco o negro de un referendum. Se crearan dos bandos, a favor y en contra; dos bloques con similar peso específico, votos y soporte popular. En un lingote quedan, campaña de comunicación mediante, las impurezas; y en el otro, por oposición, el hierro, puro y noble. Aunque esta vez, la producción del lingote nos puede costar fracturar una sociedad.