martes, 22 de julio de 2008

Si se curó de la rabia, ¿por qué matar al perro?

Muerto el perro, no desaparece la rabia. Esta expresión se hizo popular en los años de la Transición, como metáfora de que la muerte de Franco no había hecho más que transformar a los "virus franquistas" en nuevos democratas, pero que ahí seguian.Si mi memoria infantil no me falla, creo recordar también una canción de Victor Manuel sobre el tema. Este y otros cantantes "con mensaje" eran melodia habitual en casa de mis aitas en aquellos años, supongo que como en muchas otras, y se convirtieron en mensajes encriptados que mi generación, niños entonces, hemos ido descifrando con los años.Pero vayamos al tema. Dándole la vuelta a la expresión, si su perro se cura de la rabia, ¿lo mataría?. Si el cancer que le han diagnosticado remite de forma evidente, ¿ se someteria alguien a sesiones de quimioterapia?. Más absurdo incluso, qué le parececeria si el propio doctor, tras informarnos de nuestra sanación, insistiera en hacernos pasar por los dolores de la quimio?. Como para cambiar de médico, no?

Pues eso pasa con las preguntas del lehendakari. Si ETA demuestra PREVIAMENTE su voluntad inequívoca de poner fin a la violencia, el final de la violencia ya será un hecho. Entonces, que necesidad habría de un proceso dialogado?. Si un secuestrador decide entregarse, ya no hay nada que negociar. Lpregunta, intencionadamente o no, está mal planteada, es confusa y, por tanto, poco susceptible de ser utilizada en una consulta.

Otra cosa muy distinta es si estamos dispuestos a aceptar una negociación con ETA que permita conseguir su disolución y qué elementos políticos pueden llegar a ser empleados en esa negociación (presos, independencia, etc..). Pero planteada en los actuales términos, la primera de las preguntas es ilógica e inaceptable.

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